España Nº 1 en competitividad turística.


España lidera por primera vez el ranking mundial de competitividad turística que elabora el Foro Económico Mundial. El turismo español logra el podio internacional gracias a la riqueza de sus recursos culturales, sus infraestructuras y "la adaptación a los hábitos de consumo digitales", según señala el organismo, que analiza la industria vacacional de 141 países de todo el mundo.

Hace unos días salió esta noticia en la prensa y en todos los telediarios. Estamos los primeros en cuanto a competitividad turística. Ser el primero en algo parece que es positivo siempre, aunque no  siempre es verdad. Estar los primeros en competitividad turística no significa que seamos el país con más turismo, ni el lugar del mundo donde los turistas gasten más, ni el pais donde se les trate mejor, ni el sitio donde nos esforcemos más para que  los turistas se sientan a gusto, ni mucho menos es  donde cuidamos más el paisaje y los monumentos. 

Es una cuestión de competitividad con otros 144 países, de acuerdo con una serie de items  que le importan al Foro Económico Mundial. Un organismo con un nombre muy pomposo  y al que le interesa el rendimiento económico , o eso parece.

Desde los años 60 en que empezó el turismo de masas a llegar a este país hasta hoy, nos ha costado 50 años estar los primeros en algo y eso que el turismo es nuestra mayor fuente de ingresos y de  puestos de trabajo. Desde el punto de vista de una profesora, hemos sido un poco zoquetes, no hemos progresado adecuadamente. 

Nos creímos aquello de que " España es diferente" y pensábamos que lo que ofrecíamos era lo mejor del mundo mundial. Esto era simplemente porque no habíamos visto el resto del mundo, que para muchos terminaba en los Pirineos y para mi gente ( los de la Isla de Mallorca) terminaba en la estación marítima, de donde salían los barcos  hacia la península y en el Aeropuerto de Son San Juan, desde donde se iban los turistas al extranjero ( que era donde vivían, pobrecitos).

Una de las cosas que más nos ha costado son los idiomas y entender la necesidad de comunicarnos con las personas que viene de vacaciones. Al principio se buscaron alternativas agudizando el ingenio. Una forma  era hablar despacio, en castellano ( que ya era hablar otro idioma que no era el propio para un mallorquín) vocalizando y gritando como si habláramos a un sordo. Otra técnica consistió en hablar con infinitivos, pero siempre en castellano, era una manera que habíamos aprendido de las películas del oeste, donde los indios hablaban en infinitivo a los yankis en las películas dobladas al castellano, que eran casi todas. Un tercer sistema era hablar con gestos y como todos sabemos ahora los gestos son en la mayoría de los casos  elementos culturales, así que montaban un espectáculo y si se entendían era por casualidad. Había el grupo de los que sabían lenguas, era una minoría, sabían pronunciar con la fonética castellana y el acento  que se suponía del otro país, una docena de palabras , así pues cuando hablaban en francés  no hacían la r, pronunciaban sonidos guturales para el alemán  ( como si tuvieran una patata en la boca) y se ponía la boquina de piñón para el inglés,  así pues preguntaban al turista que llegaba a la recepción  ¿Yuspitinglis?. Porque, claro esta, los que sabían lenguas estaban en la recepción de los hoteles. Las ganas de ligar con las extranjeras , mas liberadas  que las españolas en temas sexuales, llevo a algunos tíos a aprender una docena de palabras más  en algún idioma extranjero. El idioma daba igual,  porque al ser extranjeras te tenían que entender en extranjero, de lo contrario, es que eran un poco cortas. 

Han pasado 50 años y viendo el nivel de los estudios de idiomas extranjeros  en las escuelas ( uno en casi todos los casos) pienso que no han mejorado mucho las cosas. Solo que ahora algún chaval les dirá : Si vienes a España aprende el español. Y se quedara tan ancho.

Otra idea muy extendida era el gusto de los extranjeros por las antigüedades. Se aseguraba que les gustaba todo lo tradicional del país. Empezaron a aparecer en los apartamentos turísticos todo tipo de aparatos de la vida rural ( el trillo, la azada, tinajas etc.), algunos objetos seleccionados con buen gusto y la mayoría eran objetos descascarillados y  horrorosos. Llegó un momento que cualquier cosa vieja se ponía como elemento decorativo,  por ejemplo, un orinal  de porcelana blanco y con golpes  oxidados servía como macetero en la terraza de la casa.  En una palabra no se distinguía entre antiguo y pasado de moda sin mas.

Creo que nunca hemos sido conscientes que el turismo es algo frágil. En el caso de España,  el turismo de sol y playa ha mantenido su ocupación debido a los problemas de la mayoría de los países del Mediterráneo, que pueden ofrecer sol y playa y visitas culturales al mismo nivel o más alto que España.

Bueno no sé en qué somos competitivos, pero si somos los primeros en algo nos premiaremos dándonos dos besitos en las mejillas por buenos.


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