La Mezquita de Córdoba


Visitar la mezquita de Córdoba es entrar en un monumento impresionante y en una muestra única del arte islámico a través de varios siglos. 

Hoy no voy a hablar de las características arquitectónicas ni artísticas de este monumento, sino del trato que le esta dando la diócesis de Córdoba. Curiosamente ahora ya no es la mezquita de Córdoba sino la Catedral de Córdoba; al menos así reza en todos los papeles que encuentras en la Mezquita (me niego a llamarla de otra forma).

Todos sabemos que desde la reconquista de Córdoba la mezquita aljama (la de los viernes), fue utilizada como templo cristiana. De la misma forma que los árabes la construyeron sobre una iglesia visigótica cuando fundaron Al- Andalus. Los conquistadores siempre ocupan los monumentos de los conquistados: templos, palacios, fortalezas, es una forma de dominio y de imponer las nuevas reglas. Vamos, para que sepamos quién manda. Todo el que ha visitado la Mezquita ha sido consciente de esta utilización, sobre todo con la catedral renacentista construida dentro de la mezquita, rompiendo la sala de columnas y dejando constancia del poderío de la Iglesia Católica Romana. Algunos valoran esta construcción como fusión de culturas. A mi me parece un destrozo, pero lo unes al monumento y lo integras en él. ¡Como me hubiera gustado ver la gran sala hipóstila sin ninguna interrupción!

En el mes de noviembre pasé por Córdoba una tarde y aproveché para volver a la Mezquita. Me cobraron 8 euros para ver la ¨Catedral de Córdoba¨. Hace unos años ver la Mezquita era gratis. En el dorso de la entrada indican a qué dedica el cabildo los dineros de la entrada, para que no haya duda de que  te atracan la cartera para una labor humanitaria. Esta claro que con la Iglesia hemos topado y que los pobres siempre han sido una buena excusa.

Me acordé de que Izquierda Unida (durante muchos años en el Ayuntamiento de Córdoba) había propuesto que el monumento pasara a ser del Estado ya que es este quien lo conserva y entonces entendí el afán del cabildo para demostrar que es suyo.

Mucho peor es que dan un folleto de ocho carillas, de las que solo una esta dedicada a la Mezquita islámica. Lasas otras siete intentan adoctrinarnos de las bondades de que sea una iglesia católica, de lo contrario ya no sería nada. Esto ya te pone en guardia, no les importa el valor artístico del monumento sino la revindicación de la propiedad. Lo malo estaba por llegar,  han llenado la mezquita de copias de cuadros de santos y virgenes, sin ningún valor artístico, metidos con un calzador en cuanto hay un trozo de muro disponible (la verdad es que tienen poco). Para más delito artístico, dejan en penumbra, casi sin iluminación, el muro de la quibla, sobre todo la parte del mirab y la maxura, para que no te acerques a la parte mas importante del arte islámico en este monumento.

Este monumento fue construido sobre la antigua catedral de San Vicente, a lo largo del emirato ,y el califato hizo crecer la Mezquita y movió el muro de la quibla hasta que estuvo junto al rio. Entonces, Almanzor, que era un dictador y usurpador del poder del califa, para ser más que nadie amplió la mezquita en ocho naves en un lateral y a todo lo largo del edificio,  descolocando el muro de la quibla y el mirab. En este edificio destacan los arcos de herradura combinando ladrillo rojo y marmol blanco. Forman uno de los espacios interiores más impresionantes. A lo largo de los siglos se construyeron arcos de todos los modelos del arte musulmán y el mirab es la gran joya decorativa de este monumento. Aquí esta toda la decoración mususlmana: yeserías, cúpulas, decoración epigráfica, lacería y en ataurique, además de los azulejos tan propios del mundo islámico en el Al-Andalus. El exterior es una inmensa fortaleza, como corresponde a esta civilización que surge en el Arabia, con decoración en las  puertas con arcos ciegos y ventanas con celosías. El edificio se remata con unas almenas propias de Siria que son una referencia al califato de Damasco de donde procedía Abd Raman I.

Con la conquista de Córdoba por el rey Fernando III, el Santo, el edificio se convirtió en templo cristiano después de una purificación, esto es, como un exorcismo  para arrancar el mal. En el S.XVI se decidió levantar una catedral cristiana en el centro del bosque de columnas,  sobre una planta de cruz latina y ha sido la catedral de Córdoba hasta nuestros días.

En esta última visita he descubierto unos servicios en el muro de la quibla. Es como si en una catedral gótica se pusiera el WC en la girola detras del retablo del altar mayor. Esta bien que en los monumentos haya WC; puede que lo exija la legislación. Podrían haberlos hecho en el patio de los naranjos,  junto a las taquillas o en cualquier otro sitio menos irreverente. Fui a miccionar en estos WC y ya os podéis imaginar a quién se lo dediqué. No lo escribo porque no quiero ser soez.

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