Una visita inesperada en la cocina ( tiempos del Coronavirus)

Esta mañana, 25 de Marzo; nos hemos levantado  a desayunar  como todos los días, a las 8 de la mañana, hay que mantener las rutinas. Encima de  la mesa de la cocina han aparecido unos bichitos/as negros/as  ( lenguaje inclusivo durante la crisis) , que andaban sin que se les vieran las patas , redondos  y que se paseaban a toda velocidad por la mesa. Tienen el tamaño de una cabeza de alfiler ( de los alfileres que  ponen en las fábricas a las camisas de los hombres), vamos que muy pequeños. Hemos matado disimuladamente los cuatro primeros , pero como ya no se podía disimular nos hemos puesto manos a la obra. Vamos,  a matar todos los que veíamos.

Ayer ,mientras cenab, vi un bichito en mi plato de ensalada, lo hice desaparecer con disimulo .Pensé que era de la lechuga , que no la había lavado bien. Mi marido me reconoció que durante la cena vio  a uno por la mesa y pensó que había salido de entre la verdura del frigorífico. En una palabra que educadamente pusimos en marcha el disimulo, a los dos nos han enseñado desde pequeños que no se dice nada asqueroso en la mesa. A comer y a callar. No soporto que nadie diga : no esta bueno, ni mucho menos ! que asqueroso! Puede decir no me gusta mucho, no tengo hambre. Nadie , ni el peor de los cocineros,  saca a la mesa comida  si no pensara que esta estupenda. Si venís a mi casa no es necesario que me aduláis , pero os lo coméis todo.

Nos levantamos del desayuno,  bastante azorados,  buscando a nuestro invasor . Lo encontramos en una caja de Weetabik. Son unas galletas inglesas, hechas con trigo, secas, que se deshacen al comerlas ,  dicen que tienen mucha fibra , pero son incomibles , tienes que acompañarlas de mucho líquido y si las metes en un tazón de leche, desparece la leche . Las compre porque dicen  los entendidos que son muy buenas para el transito intestinal. Si te las comes los intestinos las expulsan , a toda velocidad,  para que no les estropee la flora. La caja llevaba meses o más tiempo en el armario,  sin que nadie la abriera. En mi caso no la abría para no tener que comerme una. Como nosotros no nos las hemos comido han aparecido los bichos, que no se las comen , sino que están agazapados en su interior y salen a pasear, un ser vivo no nace de una cáscara de trigo. Fuimos corriendo a buscar el insecticida y como si fuéramos pistoleros del oeste atacamos mortalmente al enemigo. Cerramos la cocina.

Decidimos que lo mejor era seguir con la rutina , que disciplinados somos verdad,   y luego ya pensaríamos como continuar. Hicimos nuestra gimnasia , deporte le llaman ahora. Yoga y bicicleta,   para estar activos. La actividad nos esperaba en la cocina y así fue.

Al volver a la cocina, llenamos el cubo con agua y lejía. Que  buena es la lejía para consolarnos en estos momentos, cogemos  la botella amarilla y ya nos sentimos seguros. Habrá que ver cuanta ropa llevaremos con manchas blancas después de la crisis del coronavirus. Seguramente no tiraremos las prendas manchadas , las llevaremos con orgullo,  como si fueran cicatrices de una guerra.

Desmontamos todos los armarios de la cocina  ( mis amigas dicen que es muy grande), sacamos todos las cosa, lavamos todos los productos y objetos que estaban escondidos en lo más profundo del armario. Un paquete de arroz , pasada  de bayeta con agua y lejía. Un paquete de azúcar ,  pasada de bayeta,  bien estrujada del agua con lejía. Una lata de atún , abrillantada con bayeta empapada  de agua y lejía. Toda la cocina y todo lo que hay en la cocina,  ha sido purificado con agua y lejía . Es como si todo hubiese pasado por la pila de agua bendita.

Os preguntareis ¿ y vosotros?, pues derrotados. Nos duelen las manos que están descoloridas, como si fueran las  de Michael  Jackson, después de los 20 segundos de lavado con jabón ,un sin fin de veces , solo le faltaba esto a nuestras manos. Los huesos de todo el cuerpo agotados después de las sentadillas Los brazos ya no se sienten por los levantamientos de pesas.

No hay tutorial de pilates por internet que supere el entrenamiento de  limpiar una cocina.