Gracias por estar aqui.
Desde que me jubilé he recibido un montón de escritos de ánimo y de gratitud de muchos alumnos, algunos en este blog, otros en el correo que os di para los viajes (para mandarme los comentarios de obras) y en el twitter de la escuela (que este curso solo aparece el frío), ya veo que hemos desaparecido los profes que os dábamos juego). Me animáis para que siga adelante. De eso se trata ¡hay vida sin ir a la Escuela! Otros me dais las gracias por hacer mi trabajo ¡esto es fantástico! La Consejería de Educación me pagaba por dar clases, pero esto es un plus que compensa muchísimo.
Lo cierto es que la jubilación ha sido mas emotiva de lo que esperaba y por esto he tardado tanto en dar las gracias a todos. Os agradezco todos los comentarios públicos y privados. Me satisface enormemente ver que mis clases y mis apuntes os han servido para algo.
Son muy importantes los comentarios de los alumnos muy buenos; lo cierto es que ha sido un placer teneros en clase. Llegar a una clase donde sabes que algunos alumnos están dispuestos a aprender, a escucharte y que disfrutan con tu materia, compensa todo lo malo que hay en un centro escolar, que desde luego no son los alumnos. Ah, y eso que las materias Historia de España y Historia del Arte mas de un profesor decía que no debían estar en el currículo.
Me han emocionado aquellos mensajes de alumnos, a los que he suspendido una y otra vez y que en estos momentos me agradecen mis clases y mi esfuerzo. Lo cierto es que su resistencia en clase un dia y otro es digna de valorar. Y yo les doy las gracias por aguantarme y por resistir.
Durante estos años, la ironía, los chascarrillos históricos, el cotilleo de la vida de los personajes históricos y actuales, la sorna y un poco de mala leche me han ayudado a hacer mas llevaderos algunos días.
Quiero dar las gracias a mis compañeros. Se han portado muy bien; incluso algunos con los que he tenido poco contacto o algunos que del contacto han saltado chispas. A todos muchas gracias.
Me regalaron un reloj precioso, me imagino que para que no se me escapara el tiempo. Lo cierto es que como buena jubilada no tengo tiempo para nada y además es de verdad.
El dibujo que me entrego un alumno (de los que he suspendido un montón de veces y al final aprobó) el día que me despedía de los profesores, junto a un abrazo, es un buen ejemplo de lo que han sido estos años. Los alumnos entenderán todos lo que quiere decir. A los demás os aclaro que en todos los exámenes llevaba caramelos que repartía antes de empezar, servían para bajar los nervios antes de un examen, para evitar una bajada de azúcar y a algunos para ocupar los minutos antes de preguntar "¿se puede entregar?".
Una entrada muy bonita y con el broche perfecto, ¡ese dibujo es genial!
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