Te ha tocado la tutoría de....
Cuando empieza el curso escolar en secundaria el primer tema importante es el horario. ¡A ver que me toca! Los niveles y las materias ya las has elegido antes, pero saber cómo se distribuirán las horas de clases es un dolor. Cuando llega el horario, llega la decepción (¡Siempre podría ser mejor!) y, al mismo tiempo, la envidia de tus compañeros; todos ven lo bueno de tu horario, mientras que el suyo es decepcionante. Exactamente como te pasa a ti.
Falta la guinda del horario: "La Tutoría". El Equipo Directivo dice que las reparte equitativamente; sin embargo, siempre hay comentarios como:
"No nos ha quedado mas remedio que ponerte una tutoría, aunque ya vas cargada de horas"
"Como no puede ser tutor de grupos quien no imparte clases a todos los alumnos, a ti te ha tocado tutoría"
"A tal profesor no se le puede dar una tutoría conflictiva, así que no hemos podido evitar dártela a ti"
Podría continuar con una docena más de frases tópicas que al final llevan incorporada una tutoría.
Estoy convencida que las frases se las dicen a todas, esto es como la frase de película :
–Eres la chica más guapa que he conocido –dice un maromo.
–Esto se lo dirás a todas –contesta la protagonista.
Pues con la asignación de tutoría ocurre lo mismo. Seguro que a todos los profesores a los que nos han tocado tutorías problemáticas, nos han dicho las mismas lindezas.
A estas alturas ya os habréis dado cuenta del terror que se tiene a las tutorías. Las tutorías suponen mucho trabajo, algunos disgustos, y lo mas frustrante que nadie ve: los padres.
Porque en la tutoría tienes que atender a los padres.
Este es un sector realmente complicado. Quieren que tu tomes las medidas correctoras para sus hijos y que no les influya a ellos para nada; es decir, que no se tengan que mojar. A veces, su hijo es el mejor (aunque todos los profesores digamos que es un maula); otras veces, es malo en los estudios pero "es como los demás"; en otros casos, no lo pueden controlar en casa y confían en que el orientador del centro lo arregle todo. Piensan que los psicólogos tienen una garrafa de agua de Lourdes que convierte a los chicos en buenos estudiantes, disciplinados, trabajadores e incluso solucionan los problemas domésticos. Un tragito del agua milagrosa y se vuelven cariñosos, hacen su cama, estudian en su habitación y sacan la basura.
Algunos no les ponen límites porque el niño se enfadará y se irá de casa (aunque esto, que es lo mejor que le podría pasar a la familia, no ocurrirá nunca).
Sólo van bien las reuniones con los padres de alumnos diez y de estos hay pocos. Bueno, los padres de los alumnos de notable también se pueden aguantar.
Otra parte importante de la tutoría son los asuntos administrativos, los papeles que todos quieren que estén para ayer. Desde Jefatura de Estudios siempre deciden "Que lo haga el tutor". Algunas veces son temas de secretaría y ya está y en otras ocasiones se les olvida decir qué es lo que se tiene que hacer..
La tercera de las funciones que tiene el tutor es atender las quejas de los otros profesores del grupo. Todos consideran que resolver todos los problemas que ellos tienen en su clase es función del tutor y no te hacen dar su clase porque no pueden. Algunos te responsabilizan de sus propios errores y de los conflictos que ellos mismos provocan en clase. Si es un grupo conflictivo te pasas el curso oyendo:
"Tus chicos me han hecho esto o aquello"
"Fulano se ha portado mal"
"No me traen las tareas"
"Hablan mucho. Así no se puede dar la clase"
Y añaden:
"A ver si haces algo"
Los profesores a los que no se les asignan tutorías conflictivas, porque el Equipo Directivo considera que no son capaces de llevar una tutoría (esto no se lo dicen nunca), son los peores como colegas. Ya veis que no les llamo compañeros, porque te machacan todo el año. Ellos se quejan. Los alumnos se quejan mucho más. Y ninguno te acompaña ni en el sentimiento.
En las tutorías atiendes a los alumnos, claro esta, pero casi es lo mas fácil. Procuras escucharlos, te cuentan su vida y la de su familia. Casi siempre estas de acuerdo con ellos en lo pesados que pueden ser los padres, que en algunos casos es verdad. Más de una vez los calmas frente a las reacciones poco lógicas de algún profesor.
Una de las cosas que procuraba hacer poco en tutoría es votar. Hubo una época en que todo se votaba en las clases. Era pesadísimo y nunca se resolvía nada. En mis tutorías se votaba delegado a principio de curso y luego se seguía la programación de tutoría y ¡que Dios nos asista! sobre todo si el grupo es conflictivo.
Recuerdo que en los primeros años de la ESO (¡esto si que fue duro!) con un alumno de tercero de la ESO, tuve una tutoría terminal, porque estaba acabando con todos: con sus padres que eran un encanto, con los profesores que sonreían el día que estaba enfermo, con el Jefe de Estudios que había terminado con todos los castigos posibles del Decreto de Derechos y Deberes (una especie de Biblia para aplicar castigos) y conmigo, que no tenía claro que sobreviviera a aquel alumno. Sentados en las sillas verdes con brazo para escribir, uno enfrente del otro, después de hacerle todo tipo de reflexiones le dije:
"No estudias nada, te portas mal con todos los profesores, machacas todas las clases... Sin embargo, parece que no tienes problemas: en tu familia las cosas van bien, te llevas bien con los compañeros. Tu me dices que no te pasa nada y no sabes porque reaccionas así. Yo no se que hacer contigo".
En estos momentos me levante, junte las manos, mire al cielo y le dije: "Así que te propongo que recemos juntos".
Me miro alucinado y dijo:
"No jodas, no lo dirás en serio".
Al final no rezamos. Las oraciones no venían en el Decreto de Derechos y Deberes. Pero, milagrosamente, sobrevivimos al curso.
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