Navidad versus felicidad

Hay días que es obligatorio ser feliz, por lo que se nos complican bastante las cosas. Uno es feliz cuando se dan una serie de circunstancias y condiciones.
Si te duele una muela, aunque haga un dia esplendido y te hayan regalado un iPhone de última generación no serás feliz. Tal vez mañana, cuando te hayas atiborrado de  calmantes y el dentista haya hecho su trabajo ya te puedas permitir el lujo de ser feliz.
Hay días de nuestra vida en que tienes que ser muy feliz y así los tienes que recordar. El día de tu primera comunión era uno de ellos. Te vestían de princesa, te estiraban el pelo para hacerte las mejores trenzas de tu vida, te ponían un can-can almidonado para esponjar el vestido de tul y encaje, te racionaban el ir a hacer pis, que además era con ayuda y sin intimidad. El día de tu primera comúnión toda la familia opinaba y siempre había algún pariente, que revoloteaba a tu lado como una mosca cojonera, que tenia que soltar alguna impertinencia al estilo de "como ha crecido tanto, el vestido le queda un poco corto", que servía para terminarte de amargar el día. Y eso que empezaba la mañana y tenías que ser feliz todo el día. Llegaban muchos regalos (muchos no te gustaban nada) te llenaban de besos un montón de desconocidos y era obligatorio sonreír. Y luego quieren que lo recuerdes como el día mas feliz de tu vida.
Otro día que en las entrevistas a los famosos sale como el mas feliz de su vida es "cuando tuve mi hijo". Seguro que a la famosa en cuestión la durmieron con cloroformo antes de empezar la cesárea programada un mes antes. La mayoría de las mujeres tenemos contracciones que duelen un montón. Si es tu primer hijo todo el mundo te llama primeriza como si fuera la peste, nadie te hace caso y repiten dos cosas: "es normal" y "un poco de calma, que todo pasará". Todo el mundo esta a tu alrededor y habla como si no existieras y eso que se supone que eres la protagonista. Nace la criatura y el momento en que la ves es estupendo, pero dura unos segundos. Pronto empiezan a manosearte. Primero te sacan la placenta, luego empiezan a coserte los desgarrones que te han hecho, después te suben a la habitación donde la familia empieza a preguntarte "¿como ha ido?". No contestas. A continuación empiezan las visitas de parientes y conocidos. Para rematar el día, cuando lo que quieres es descansar, llega una enfermera y te enchufa el bebe en la teta y te dice "Este es el mejor momento, vas a empezar a darle de mamar". Aquí cada una puede contar la suya. Ahora bien, tiene que ser el día más feliz de tu vida.
Hay mas días felices: el de tu boda, el de tu cumpleaños (este es cada año) y muchos más, de los que no comentaré nada para no desmitificar vuestra vida. Claro que nadie pone como día feliz aquel en el que terminas de pagar tu hipoteca, cuando tus hijos encuentran trabajo, cuando tú conservas el tuyo y alguno más.
También hay que ser feliz en Navidad. Da igual que seas católico, protestante, agnóstico o ateo. La Navidad debe exhalar felicidad por todos los lados. Hay que comer en grandes cantidades (algunos se empeñan en que comamos turrón, aunque no nos guste). Hay que gastar mucho, aunque no tengas idea de qué comprar. Hay que ser amable con aquellos parientes que no aguantas, ni te aguantan a ti. Pero hay que ser feliz, aunque te repatee la felicidad y, en realidad, te acuerdes de los que han muerto y de los que no pueden estar por diversas circunstancias.

Parece que una semana al año, de Nochebuena a Año Nuevo, todos tenemos que ser felices y desear felicidad a todos los seres vivos. La verdad es que hace frío, vamos estresados por las compras y los regalos y no hablemos de los líos  ue se dan en muchas familias que se les ocurre reunirse una vez al año para ser felices y salen todos los sapos y culebras guardados durante todo el año. Debería existir un manual de los temas que se pueden tratar en las comidas de estas fechas, puede que me anime a escribirlo. Por todo esto se suele decir "¿Que tal las Navidades? ¿Bien o en familia?".
Lo cierto es que procuro no formar parte de la movida navideña. Me alejo de ella todo lo que puedo que no es tanto como lo que desearía. Considero "familia" sólo  la de primer grado; esta para la que en el trabajo cuando hay un hecho importante (boda, ingreso hospitalario o defunción) te dan el día libre. Los demás son "parientes" y aplicaré el refranero español: "Parientes y muebles viejos, pocos y lejos". Y es mas fácil restaurar los muebles viejos que arreglar algunos parientes.
Procurad ser felices durante todo el año. No os compliquéis la vida y sobre todo no la compliquéis a los demás.
La próxima entrada será una tarta de chocolate que he aprendido estas Navidades (tienen algo bueno) y que os ayudará a pasar el año.
¡Ah! Sed felices ahora, que no es obligatorio.



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