Los hombres en el balneario
Este mes de Noviembre hemos ido 10 días a un Balneario con el Imserso El balneario era conocido porque habíamos estado otra vez. Los balnearios son sitios reposados y tranquilos, tomas las aguas, recibes algun tratamiento, comes y te paseas . Todo estuvo bien como en las otras ocasiones , pero me llamo la atención la actitud de algunos hombres.
En el balneario había muchas parejas formadas por matrimonios , todos demás de 60 años, esta es una condición para acceder a estos servicios, estar jubilado o tener alguna discapacidad, no lo de ser matrimonio. Las dos cosas indican una mengua de la salud. o eso parece. El público se completaba con parejas de mujeres , siempre viajan mujeres juntas y suelen tener mucha marcha, y algunos pero pocos, hombres solos, casi nunca te encuentras parejas de amigos varones. Observar el comportamiento de algunos hombres casados, me dio la explicación a esta falta de hombres en los viajes del Imserso.
Me llama la atención ver a los hombres siempre depender de las mujeres, como si estuviesen muy enfermos o fueran un poco parados, o tuviesen dañada la parte del cerebro de la organización personal y la autonomía .
Las actividades comunes de los balnearios son los tratamientos en las aguas y las comidas , porque los paseos por suerte cada uno se lo monta como quiere. La vida social, juegos y bailes son voluntarios, menos mal , porque de lo contrario no iría. Lo de reirme de chistes malos y con el chistoso de turno, las carcajadas por insinuaciones de sexo que ven hasta en un tomate verde y el baile en línea , como los vaqueros del oeste , me lo prohibe mi médico de salud mental.
La situación que se repite en muchos casos es la siguiente: En los baños los hombres esperan a sus esposas ( es un término más bíblico que mujer) delante de la taquilla. La mujer organiza la ropa , le da el bañador , las zapatillas y el albornoz a su esposo. El gorro de él se lo mete la mujer en el bolsillo de su albornoz, para que no lo pierda supongo y luego coloca la ropa que le devuelve el marido una vez que se ha cambiado. Ahora le toca cambiarse ella. Claro que el marido no espera en la taquilla, se va a la sala de espera. Cuando llaman para empezar los baños en nuestro turno , siempre esta el primero que su mujer, y como si ella fuera una tardona, dice: Ahora viene, con tonillo.
Al salir de los baños, en donde no paran de hablar como si solo estuviesen ellos en la piscina, vuelve a darse el mismo proceso, incluso en los secadores de pelo ves a la señora secando el pelo a su marido y a este, con cara de resignado, apartar un poco la cabeza. Eso sí, durante todo el tiempo no paran de hablar y con el tono que les conviene a ellos, no les importa si molestan a los demás , lo importante son ellos, por algo son los varones.
En las zonas de comedor , la inutilidad masculina o la cara dura va en aumento. En el desayuno ves hombres sentados y a mujeres llevar platos de pan tostado, bollos y otras cosas a la mesa , según el gusto del santo varón, que guarda la mesa y hace sus peticiones del bufé que tiene a dos metros.
La comida y la cena aun son más espectaculares, los señores sentados y las mujeres que les llevan el plato de sopa . Si es difícil llevar un plato sin que te caiga el líquido , ya no te digo llevar dos cuencos.
Cuando recorren la exposición del bufé , va la mujer delante con un plato y detrás el marido con su propio plato.
En estos momentos pensáis: esto esta bien
Pues no
La mujer se pone en su plato lo que le apetece, el marido detrás pone en su propio plato que le indica su santa esposa.
Oyes cosas como: Esto no te gusta. Esta carne es muy pesada. Con esto te quedarás con hambre. Esta ensalada no me gusta ( ella la lleva en su plato) y así hasta que termina el recorrido .
El proceso es el mismo para la comida y para la cena. Solo hay cierta autonomía cuando llegan a la mesa de los postres.
Me extraña esta situación de la mujer en la pareja, al fin y al cabo son gente de mi edad , pero están a años luz de lo que admitiría como correcto. La mujer parece que dirige la relación pero la realidad es que está al servicio del hombre. No eran todos los hombres pero si un número importante y significativo.
A esto le llamo machismo y no a que me cedan el paso en una puerta o el asiento en el autobus ( que cada vez lo hacen menos ). Si me ceden el paso o el asiento no me perjudican en mi ego, pero ver a una mujer sirviendo a su hombre me deja machacada.
Solo una vez he tenido un novio que era tan resolutivo, que no debía preocuparme ni de comprar el pan. Cuando me di cuenta de que yo estaba "desaprendiendo"
ResponderEliminarhabilidades, fui consciente de lo cómodo que puede ser vivir así. Pero... no lo soporté.