KIt de supervivencia

 

 

 El lunes 28 de abril vivimos el gran apagón en la península Ibérica , eso que no podía suceder ni sucedería nunca en nuestro país  según los políticos que gobiernan. Bueno no hubo apagón en todo  el país , porque la periferia extrapeninsular se salvo ( Baleares , Canarias , Ceuta y Melilla) los territorios que tienen descuentos en el transporte  que los conecta con la península por estar aislados , este día la deconexión les fue de perlas.


Eran las 12, 33 minutos del mediodía cuando todos pensamos que donde estábamos se había ido la luz y renegamos de nuestra compañía eléctrica. Poco a poco nos enteramos de la dimensión del problema y nuestros móviles empezaron a echar humo, hasta que en unos minutos dejaron de servir para nada. Nos quedamos sin luz e incomunicados y se nos opuso cara de tontos pensando y ahora que voy a hacer. Fue como si nos quitaran el aire y todos empezáramos a respirar como los peces fuera del agua, con angustiosas bocanadas de aire. 


La realidad se impuso, los semáforos no funcionaban  así que  caos en la ciudad, los ascensores tampoco  por lo tanto  con gente encerrada, los bomberos no daban abasto, las gasolineras sin poder dispensar gasolina, los coches eléctricos ( del futuro) parados donde se acabo la batería, los que viajaban en AVE  pasaron de 300 por hora a parados entre alambradas en ninguna parte , sin agua, sin retretes y sin RENFE que se acordara de ellos, los que pagan hasta el café son el móvil sin poder comprar una de las últimas barras de pan, los bares y restaurantes con un exceso de comida que no se podía cocinar y la gente sin poder pagar, las casa de las urbanizaciones quedaron fuera del alcance de sus propietarios que añoraban el piso de la abuela que estaba en el centro de la ciudad y así mil cosas más  Los enfermos  que dependen de máquinas para respirar dependieron de la agilidad de sus cuidadores para conseguir un generador. Todo sin luz eléctrica y en consecuencia  sin comunicaciones, ni móvil, ni internet, ni redes sociales, ni juegos en la Play.


Todos pensamos en el kit de supervivencia que había propuesto la Unión Europea unas semanas antes  y nos prometimos que nos prepararíamos uno. En este Kit falta una polea y unos forzudos para subirte a tu piso , si vives en un 12, para ir  buscar el kit que se tiene en casa. Lo cierto es que tener cinco litros de agua en casa en el kit recomendado , mientras subes andándo12 pisos no es un consuelo sino una faena.


A mi me pillo en la calle, sin kit y vivo en un piso alto. Como ya soy mayor, que digo vieja, en casa tengo linterna a pilas, dinero en papel, radio de pilas y un armario lleno de conservas, pero me falto electricidad para llegar a mi casa. En el bolso llevo linterna en el móvil, dinero en la tarjeta, wifi en el teléfono y un paquete de kleenex, al menos podía tener mocos, todo lo demás inútil si no hay electricidad y eso que luz natural había un montón, pero no de la de pago  que era la que valía el lunes.


Para mi fue un día de angustia, la falta de comunicación me produjo desasosiego y la dependencia de la chispa eléctrica me recordó que los avances también llevan sus fracasos. La tecnología es divina pero es una cuestión de fe como la religión


Al día siguiente escuche ( por la radio) la situación  de un grupo de cuatro mujeres de unos 80 años que habían quedado en Sevilla para pasar el día. Fueron de compras , se pasearon y cuando se sentaron en un bar a tomar el vermut se enteraron que no había luz. Ellas no necesitan  el móvil mas que para que llamar por teléfono, no usan dinero de plástico , por lo que ni se habían enterado de que estábamos a oscuras, ellas veían bien con la luz del mediodía en las calles de Sevilla. 


Al enterarse de lo que pasaba se pusieron a repasar si llevaban todo su  kid de supervivencia para seguir el día . Abrieron el bolso miraron su lista: unas bragas , toallitas húmedas y el pastillero lleno. Lo llevaban todo así que se tomaron su cerveza y continuaron la tarde de tertulia, compañía y paseo. Una de ellas aun tuvo el buen juicio de cambiarse los zapatos que se había comprado  por los viejos, porque si le pasaba algo los hijos no la reconocerían con los zapatos nuevos. Esta claro que piensan en todo, hasta en facilitar la vida a los demás. Hay que aprender de la experiencia y saber adaptarse a cada situación , es decir seguir con nuestra vida mientras el cuerpo aguante. y tengámoste a mano el kit de supervivencia. 


En la próxima comisión de la UE para preparar el kit de supervivencia , debería contar con la opinión y consejo de estas mujeres de Sevilla. Una cerveza en una terraza es imprescindible.


No soy tan sensata como estas señoras y me he comprado una linterna que se carga dando vueltas con una manivela que da dos minutos de luz. Sin lugar a dudas imprescindible para el próximo apagón.


No he comprado hornillo porque estaban agotados, que floja soy.

 

 

 

 

 

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