Volver al gimnasio ( En tiempos del Coronavirus 2)
A partir del 13 de Marzo de 2020 cambio nuestra rutina diaria. Desde entonces no hay viajes , ni balnearios , ni muchas de las rutinas diarias de mi vida como la de ir gimnasio por las mañanas.
Desde que me jubile, todas las mañanas que estamos en Zaragoza, vamos al gimnasio . En este blog hay varias entradas de mi experiencia en el gimnasio. Ahora, después de siete meses, he decidido volver. Los gimnasios en Zaragoza abrieron a finales de Junio , pero entre el miedo al contagio, las vueltas a fases anteriores en Aragon, los positivos que no han dado tregua y el calor del verano, habíamos decidido no volver.
Al empezar octubre ,decidimos que lo mejor era intentar que nuestra vida fuera lo mas normal posible. Después de un mes de septiembre lleno de visitas médicas ( la ITV de una pareja de jubilados) , pensamos que octubre, el otoño, sería como empezar curso nuevo. Los que provenimos de la enseñanza toda la vida pensamos en años escolares, el año empieza en septiembre y termina con las vacaciones en agosto.
Los primeros días de esta vuelta al gimnasio han sido especiales.
En primer lugar se trata de aprenderte las normas . Como con todo lo relacionado con el Coronavirus , te sientes un aprendiz. Para la próxima pandemia ,que si es dentro de 100 años ya no veré. propongo ,que desde el gobierno se dicten unas normas para todas las actividades. Esto que cada consulta medica, cada tienda, cada bar o cada supe,r tenga sus normas Covid , hace muy difícil ir por el mundo.
En mi gimnasio llegas a la entrada y en el ascensor solo pueden subir de uno en uno, excepto convivientes. Menos mal que hay poca gente ahora, mucha gente no ha vuelto o si son listos han aprovechado para dejarlo definitivamente. En el ascensor donde subíamos 6 o7 personas, ahora a esperar que pase uno vacío. Al llegar a la recepción , la persona de información te habla desde detrás de la mascarilla y de una mampara de metracrilato. Se intuye que dice buenos días y sonríe. Para pasar por los tornos , hay uno para entrar y otro de salida, el de entrar es el de izquierda y el de salir el de la derecha. Según sales del torno ,te esperan una botella de gel hidroalcólico y una alfombra con lejía para las suelas de los zapatos y a seguir las flechas . Entras por la izquierda como si fuéramos británicos, a lo mejor es porque el nombre del gimnasio es en ingles. y nos mimetizamos con el Reino Unido
La llegada al vestuario es la segunda parada , gel hidroalcolico, chuf-chuf desinfectante y papel para limpiar todo lo que tocas en la taquilla, marcas separadoras por el suelo y carteles que dicen " volveré pronto", esto quiere decir que no debes usarlo, ya sean baños , WC, lavabos, taquillas , asientos y todo lo que se preste.
Consigo cambiarme sin apoyar el trasero , sin tocar nada y salgo a la sala de fitnes . Es la sala donde están los aparatos de tortura modernos, aqui lo primero es limpiar. Con el chuf-chuf se limpia el sillín de la bici, la cinta de andar o las maquinas de abdominales. Haces tus ejercicios y al levantarte vuelves a limpiar, después pasa un empleado que con una garrafa de sulfatar con chu-chuf, vaporiza todolo que has usado. Ciertamente nunca había estado tan limpio el gimnasio.
Queda claro que higiene mucha , otra cosa es las veces que me equivoco yo de misión.
En segundo lugar esta mi actitud ante los cambios. De natural soy tozuda y me cuesta dar el brazo a torcer. Bueno soy una mujer de ideas claras y muy arraigadas, tampoco se trata de utilizar un lenguaje que me desprestigie. Voy cargada como una mula , un bolso con gel hidroalcólico, una mascarilla por si se rompe la que llevo puesta, una bolsa para dejar la mascarilla en el momento que hago un ejercicio y al andar entre maquinas me pongo otra vez la mascarilla,los kleenex porque ahora no se puede tener moquilla, la funda de las gafas, los auriculares para seguir las noticias, el móvil para reservar clases para el dia siguiente ( ahora se reserva con un aplicación 24 horas antes justas antes de que empiece la clase del día siguiente), la botella de agua porque las fuentes están cerradas. En una palabra llevo un bolson para moverme por el gimnasio. Todos vamos igual, desconfiamos de todo el que pasa por nuestro lado , además parece que hemos salido de una película de embozados. De la variedad, formas, colores y tamaños de las mascarillas se puede escribir un libro, desde las minimalistas hasta las que se parecen a un chador iraní.
En tercer lugar hay que hablar de mi estado de forma. Mi situación es mucho peor que la primera vez que fui al gimnasio, entonces nadie me conocía , me ponía en un rincón y hacía lo que podía , a sabiendas que podía poco. Ahora soy de las pocas que conocen las monitoras de las clases, por mi antigüedad y por mi volumen corporal no paso desapercibida. Tampoco deben pasar inadvertidos mis sufrimientos con cada ejercicio y eso que no me ven la cara. De vez en cuando oigo una voz que me dice: respira M, la verdad es que estoy a punto de explotar. Así que mi nombre sale mucho y aunque siempre con cariño , casi nunca para decir : bien , hacerlo como M.
Si el ejercicio es de pie , pierdo el equilibrio con facilidad, esto que sigo teniendo dos pies para apoyarme , si levanto los brazos me duelen las articulaciones, si bajo la cabeza al suelo , este se aleja y no pudo tocarlo con las manos , así que cuando dicen: las manos planas en el suelo, miro a la vecina , a ver si ella tiene un cajón donde apoyarse. El core ,no se lo que es, pero debe aguantar medio cuerpo , ya que dicen con el core aprieta. Yo aprieto con los dientes. Los ejercicios de tumbada no son mejores, cuando estiro, todas mis articulaciones crujen, cuando abro y cierro piernas me siento una exhibicionista, cuando hago el puente por debajo no pasa ni un riachuelo en verano.
Lo de seguir las ordenes es otro cantar , las oigo con retardo y cuando van por la tres yo proceso la primera, asi que no voy acompasada con las demás , sino que como mujer independiente voy a mi bola. Estar tumbada en el suelo, visualizar mi cuerpo y descubrir que todas las articulaciones tienen su sonido es una novedad, al igual que la elasticidad de todos los músculos, es imposible que tenga tantos músculos en el cuerpo, como dolores siento con cada movimiento. Lo de ir al ritmo de la música y saltar lo dejo para el próximo trimestre, tampoco se trata de sacar nota, con llegar al final de la clase, seguir las reglas del coronavirus y salir de la clase sin la ayuda de nadie, me siento realizada.
He perdido toda la gracia que tenía antes de parar. Si he vuelto pero con muchas consecuencias. Cuando me dicen que visualice alguna parte el cuerpo para estirarlo bien, visualizo a Doroty poniendo aceite a chorros en todas las planchas y juntas del hombre de hojalata ( que soy yo) en aquella deliciosa película del Mago de Hoz.
Los que dijeron : Volveremos mas fuertes , se equivocaron. Hemos vuelto de "mel i sucre" de azúcar y miel, expresión que usábamos cuando jugábamos de niñas y había alguna que era un poco enclenque.
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