Tarta Pavlova
Ingredientes:
Para el merengue:
325 g de azúcar glas
2 cucharadas de harina de maíz (maicena)
6 claras de huevo
2 cucharaditas de vinagre de vino blanco.
Para la cobertura
500 ml de nata líquida para montar (deja que se enfríe en el
frigorífico).
50 gr de azúcar glas para endulzar la nata
750 gr ó 1kg de fresas o de frutos rojos
Modo de hacerlo
El merengue:
Lo primero que debes hacer es precalentar el
horno a 140°.
Monta las claras a punto de nieve. Puedes emplear claras pasteurizadas
(venden en Mercadona) Cuando empiece a formar picos incorpora, poco a poco, la
mitad del azúcar glas mientras sigues batiendo.
Cuando haga picos duros y brillantes, incorpora el resto del azúcar
glas, mezclado con la maicena.
A continuación añade el
vinagre blanco
Prepara una bandeja con papel de horno, coloca el merengue,
extiéndelo con una espátula y procura que los bordes sean mas altos, de esta
forma se rellena mejor después.
Hornea el merengue durante 90 minutos a 140°. Pasado ese tiempo,
apaga el horno y mantenlo dentro unos 20 minutos más.
Una vez fuera, deja que enfríe por completo.
De esta forma queda un merengue perfecto duro por fuera y blando por
dentro.
La cobertura:
Monta la nata bien fría, incorporando el azúcar glas y sigue batiendo hasta que esté brillante.
Limpia las fresas.
Termina la tarta, como máximo, una media hora antes de servir. Reparte la nata montada y las fresas sobre la base de la Pavlova. Procura que las fresas sean de tamaño pequeño.
Si son grandes córtalas en cuatro trozos.
Observaciones:
Si utilizas claras frescas tienes el problema de las yemas que te sobran. En este caso puedes preparar unas natillas.
El merengue lo puedes hacer el día anterior, pero monta la tarta media
hora antes de servirla.
La maicena le da una consistencia de un bizcocho y no de un merengue
empalagoso.
Si quieres gastar más utiliza frutos del bosque (moras, arándanos y
frambuesas), aunque te aseguro que con fresas, que es lo que tenemos aquí, esta buenísima.
Las fresas tienen que
poderse comer en un bocado, por eso, si son grandes cortalas y deja algunas enteras para
adornar.
La nata debe estar muy fría para montarla bien.
No se puede montar la tarta mucho antes de comerla porque la nata
puede humedecer un poco el merengue. Aún así, si sobra tarte, se puede comer tranquilamente al día siguiente. En realidad, todavía no he conocido a nadie que la haya tirado.
Para cortar la tarta utiliza un cuchillo de sierra para que no se rompa
mucho. Si se rompe no te apures, la nata sirve como pegamento para recolocarla en el plato.
Comentarios complementarios:
Llega la Semana Santa y en lugar de recetas aptas para la abstinencia y el ayuno os propongo esta tarta que es como una explosión de la
primavera: ideal para Pascua de Resurrección.
La base de la Pavlova es un merengue horneado, muy frágil y riquísimo.
Es un postre muy popular en Australia y Nueva Zelanda, que se disputan
su origen.
Dicen que la hizo un pastelero en honor a la bailarina Pavlova. Pienso
que ella comió poca. De lo contrario no hubiese mantenido su figura.
No os asustéis por el merengue, no es empalagoso. Es lo primero que
sorprende de esta tarta.
Atreveos a hacerla. Os sorprenderá lo buena que está y los demás no
se creerán que la hayáis hecho vosotros.
Esta tarta es como customizar (esta palabra esta de moda) la Semana Santa. En lugar de celebrar
el dolor de la pasión celebraremos la alegría de la resurrección.
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