Arte y Granada
Durante muchos años he explicado una serie de obras que están en Granada para el examen de arte de selectividad. En las pruebas de Aragón estaban: la Alhambra, el Palacio de Carlos V, la fachada de la Catedral de Granada y la Inmaculada de Alonso Cano. De todas ellas puedo escribir unas cuantas páginas y hablar un par de horas.
Ver de nuevo estas obras en su sitio y al natural no me ha defraudado nada, mas bien todo lo contrario y eso que hacia unos 30 años que no había estado en Granada.
La Alhambra sigue tan majestuosa como siempre y tuve la suerte de poderla visitar toda (Alcazaba, Palacio del Mexuar, de Comares y de los Leones, El Partal. Incluso pude ver de refilón los baños árabes entre las obras ques e hacían. Y el Generalife y todas sus torres, jardines y construcciones.
El palacio de Carlos V es un ejemplo de purismo en el Renacimiento Español. Probablemente el ejemplo más italiano en España, aunque sin perder la exaltación del poder imperial, estructura cuadrada en el exterior, la tierra y estructura circular en el patio, el cielo.
La fachada de la Catedral entra ya en el Manierismo. Es soberbia y la torre inacabada le da el sentido de que la perfección renacentista se ha terminado. La planta está diseñada en estilo Renacentista y en el interior trabajaron los mejores artistas de la época.
En la sacristia de la Catedral está la imagen barroca de la Inmaculada de Alonso Cano. Por muy pequeña que sea (no levanta un palmo del mueble) es una maravilla de la perfección del modelo de la Virgen niña, dulce, tierna, segura, con todos los atributos iconográficos de la Inmaculada propuestos por la Contrarreforma y una composición en huso e inestable que la hace única y que hace fuera imitada durante muchos años.
Quiero deciros que de este viaje a Granada lo que me ha gustado es la ciudad en su conjunto. Es una ciudad de tamaño humano: unos 200.000 habitantes, con un centro histórico muy amplio, con muchas iglesias y conventos, con palacios y patios señoriales y con barrios populares como el Albaycin y el Realejo que, con sus casas blancas y sus cármenes (casa con jardines) situados en las laderas de las dos montañas del valle del rio Darro, tiene un caracter especial.
Me ha llamado la atención lo limpia que estaba la ciudad, tanto la zona monumental como los barrios populares. También me ha parecido genial que en todos los edificios de gestión pública (no así en los religiosos) le entrada es gratuita. En casi todas las ciudades españolas, en los monumentos de gobiernos autonómicos, diputaciones o ayuntamientos se paga una pasta o estan cerrados al público.
Granada es una ciudad para pasear y es especialmente atractiva si un granadino que conoce palmo a palmo su ciudad te lleva por todos los rincones. El Albaycin es el barrio que se ve desde la Alhambra, pero son fantásticas las vistas que se ven desde el barrio hacia la Alhambra. Existe un mirador para turistas, el de San Nicolás. Por entre sus callejas se llega a otro fuera de rutas turísticas, el de San Miguel, donde las vistas de la fortaleza roja por la noche son espectaculares. Puedes terminar la visita nocturna por el barrio en el Bar Torcuato con buen vino y mejor pescadito frito. El Realejo es el barrio que esta debajo de la Alhambra, en la misma ladera. Si lo recorres desde arriba entre calles adoquinadas y los cármenes es un lujo; termina tomando unas raciones en la plaza de Campo Pricipe, que siempre es necesario reponer liquidos y algun sólido cuando se va de viaje.
Voy a hablar de las cosas que mas me han llamado la atención y que no suelen estar en el recorrido rápido de un día ni en las visitas guiadas. Son muy originales los baños árabes del Bañuelo, pequeños pero con un techo a base de estrellas árabes como aberturas que crean una iluminación esplendida. En el Hospital Real hoy esta el rectorado de la Universidad de Granada y hay una biblioteca realizada en madera con una estructura fantástica. El monasterio de San Jerónimo tiene una iglesia con los muros totalmente cubiertos de pinturas; allí el horror vacui se cumple a la perfección. La obra es del Renacimiento y se mezclan imágenes paganas y bíblicas con una perfección admirable. Es un compendio del Humanismo. El palacio de la Madraza guarda un oratorio con yeserías nazaries que conservan todo el color. Una joya. En el corral del carbón te encuentras con una corrala que es una muestra de la arquitectura popular, tan pocas veces conservada, y junto a la catedral, en la calle que va al hospital de San Juan de Dios, te encuentras con un conjunto de palacios renacentistas. En uno de ellos está el Conservatorio y, por lo tanto te puedes colar. El patio lleno de plantas es genial; pensé que aquí el conserje tiene trabajo que no esta en su convenio.
Un edificio que me pareció muy curioso, y que no había visto otro igual en mis viajes por España, es el Convento de la Concepción. Se encuentra en el bajo Albaycin. Está habitado por monjas franciscanas de clausura, las terciarias. Te lo enseña una joven preparada y sin prisas. Se construyó sobre antiguas casas y mantiene la estructura de varios patios comunicados. Hay algunas obras de arte importantes y muchas curiosidades. Se conservan las campanillas, con las que se llamaba a las monjasa (cada monja tenía su toque de campana). En la Iglesia hay dos imágenes de Semana Santa, de gran devoción popular y poco valor artístico, pero las han rebautizado cariñosamente. A Jesús el Nazareno le llaman "el Manuel" y a la Virgen Dolorosa "la Concha" (por la virgen del Monasterio de la Concepción, solo en Andalucía pueden poner estos nombres a las imagenes sagradas y no ser ofensivos, sino una muestra del cariño popular). Me encontré con un cuadro con una iconografía que no había visto jamás: Cristo recogiendo las vestiduras. Un Cristo cubierto con un paño femoral y a cuatro patas recogiendo sus vestiduras por el suelo. Me explicaron que esté relacionado con una visión de una monja escandinava, pero es la postura mas humillante para un Cristo. Son muy originales las esculturas en barros, de unos 20 cm de altura que hacen referencia a gran parte de la teología y de la vida del monasterio y, por último, la sala con las imagenes (como si fueran muñecos) que traían las monjas al llegar al convento, que guardaban en sus celdas y que vestían y adornaban con motivos religiosos durante toda su vida. Como siempre hubo crisis, debo deciros que dos hermanas ingresaron con un solo muñeco que representa al niño Jesús, una con una cama y otra con una silla, así que el niño Jesús estaba un mes sentado y un mes en la cama según la habitación que le tocara.
No voy a terminar sin deciros que se come y se bebe barato y muy bien, que pidáis medias raciones porque las enteras no se pueden acabar ni entre dos y que con según qué bebidas, como el calicasas (mezcla de unos diez bebidas) que solo se sirve en el bar "La Castañeda" vayáis con mucho cuidado.
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