La Beata.

Mallorca es una tierra escasa en Santos. Y eso que a lo largo de los siglos ha sido muy cristiana: templaría durante la Edad Media y después con todo tipo de ordenes religiosas. Por una parte las que venían de la península, como jesuitas o salesianos, o de Francia, como las Hermanitas de los pobres. Y por otra parte, las que se fundaron en la isla, que fueron un montón. Pero Santos, de estos que tienen su fiesta en el calendario católico romano, ha habido pocos. 

De hecho, creo que la única es Santa Catalina Tomás, mas conocida como la Beata; mejor dicho la"Beateta" (la Beatita).

Cuenta la tradición (esta palabra tan usada hoy para reivindicar cualquier cosa) que nació en el S.XVI en Valldemosa.  

Valldemosa es el pueblo donde estuvo Chopin con la George Sand y, aunque las pasaron canutas en la Cartuja, recién amortizada por Mendizabal, el libro de la George Sand " Un invierno en Mallorca" dio a conocer entre las elites europeas esta isla perdida en el Mediterráneo.

La Beateta era muy buena chica y muy trabajadora, solo que el demonio la tentaba con cosas malas y cuando iba a buscar agua al pozo le rompía el cántaro y la tentaba otra vez. Pero ella resistía. 

Las malas lenguas descreídas decimos, que se le caía el cántaro se rompía y le daba la culpa al demonio.

Después, se hizo monja y su cuerpo incorrupto se conserva en la Iglesia de Santa Magdalena de Palma, en una urna de cristal transparente. Sé que no es una atracción turística, pero cuando nos íbamos a estudiar el bachillerato a Palma, como no existía Puerto Ballena, todas las chicas íbamos a ver a La Beata. Esta seca como la mojama y es pequeñita como una niña de pocos años, pero es Santa, y ya os digo que la única Santa en tierra de  desmadres como es Mallorca, así que no es raro que se la venere tanto en la isla.

En Santa Margarita, un pueblo de Mallorca, cada año se celebra una procesión muy peculiar. Hay doce carrozas que representan escenas de la vida de Santa Catalina Tomás. En todas ellas hay una niña que representa a la Santa y va vestida de monja. Entre carroza y carroza hay unas decenas de parejas jóvenes vestidos con los trajes regionales. Van sin orden ni concierto y cantan coplas populares. Cada joven lleva un cántaro, de estos que tiene dos asas y que utilizaban las mujeres para llevar agua de la fuente. Aquí viene la importante, pues un demonio vestido de rojo y con cuernos se dedica a quitarles los cántaros

Una niña de unos 12 años cierra la procesión. Va andando, vestida de monja, con una gran cruz de madera y los demonios se dedican a reirse de ella, a enseñarle el trasero, a hacerle gestos un poco obscenos y a romper la jarra delante de ella. Lo glorioso consiste en que la niña no se inmute y solo mueve la cruz, mientras cientos de cántaros se hacen añicos delante de ella  .

La procesión esta llena de bandas de música que tocan canciones populares y niñas con el vestido de comunión al que añaden unas alas y, listo, ya están vestidas de ángeles.

Al final delante de la iglesia tiene lugar la apoteosis. Los demonios en grupos de treinta se dedican a romper a la vez treinta cántaros y asi hasta que han roto tres mil. Si 3000. Un tres y tres ceros detrás,  además de los cientos que se rompen durante todo el recorrido .

A los de Tordesillas quiero decirles que hay tradiciones de hace 500 años en las que no se lancea un toro y no hay sangre ni sufrimiento de ningún animal. A la fiesta de la Beata acuden miles de personas de toda la isla. Es una fiesta religiosa con un sentido pagano y reivindicativo. Este año, en el balcón del Ayuntamiento, junto a las autoridades estaban como invitadas una gran cantidad de personas con camisetas verdes por la escuela pública.

Todos los años la gente se emociona y cree que es la mejor fiesta del mundo. Y, de paso, es muy ecológica  porque se rompen cántaros de arcilla (material reciclable) y los alfareros del lugar tienen un pedido de 5000 cántaros cada año. 

Una sugerencia a los de Tordesillas: pueden cambiar el Toro de la Vega por Juana La Loca paseando el cadaver de su marido Felipe el Hermoso por toda la Vega. Esto viene a cuento porque, según la historia, hace 500 años Juana la Loca, que estaba recluida en el castillo de Tordesillas, paseo el cadáver de su hermoso Felipe por la Vega.