¿Y después, qué?


"¿Que harás después?"
Esta era la pregunta que me hacia mucha gente cuando hablaba de jubilarme. No sabía lo que iba a hacer. Sólo tenia claro lo que no haría. 
Lo que mas claro tenía era que no estudiaría inglés. Las clases de la Escuela Oficial de Idiomas no serían mi refugio. Nunca me han gustado los idiomas, tal vez porque hablo mucho y deprisa y en otro idioma esto es muy difícil de conseguir. Otra razón es la obsesión de hablar inglés; se ha convertido en una necesidad imperiosa, si quieres ser guay debes hablar inglés. Yo confío en que si he llegado a los 60 sin el inglés, ya puedo vivir unos cuantos años más. Además cuando uno se jubila no debe hacer cosas en las que es mediocre o inútil. Lo que se necesita es hacer cosas en las que los demás le valoren o que le diviertan mucho. Por último, cuando alguien me decía que para viajar necesitaría el ingles yo me plateaba que ya no soy una mochilera y que al ir de viaje podría ir con una estupenda guía que hiciera las gestiones.
También tenía bastante claro que evitaría los cursos de fotografía e informática, entre otras cosas, porque soy negada en las dos disciplinas y porque no quiero complicarme la vida mas de lo que la he tenido hasta ahora. Así que ni lo creativo de la fotografía, ni la tecnología de la informática iban a entrar en mis planes.
Hay un tercer bloque de actividades que podemos incluir en la cultura general. Se trata de cursos de cualquier tipo: historia, geografía, psicología, astronomía, aragonesismo y muchas más, que amplían los conocimientos culturales y que se concretan en cursos en la universidad para adultos. Ahora que las matriculas han subido y hay menos universitarios, una fuente de ingresos son los jubilados  que tienen su pensión y escapan del mercado de trabajo. Se da la circunstancia que la mayoría de los estudiantes jubilados son gente con formación universitaria  que necesitan hacer algo intelectual. Lo cierto es que pienso que con lo que sé puedo ir tirando y no siento ninguna frustración por los estudios que no hice. Además, con los cursos del CEP ya tuve mi dosis de profesor universitario que repite sus clases cada vez que lo contratan.
Como veis estoy un poco exquisita.
Pensaba que sí seguiría con los estudios de Arte e Historia. Tengo montón de libros que compré y no tuve tiempo de leer y creía que con la jubilación llegaría el momento. Lo cierto es que me apetece, pero no encuentro el momento. Los miro, los ordeno, los pongo en lugares mas visibles, pero el final siempre tengo algo que hacer que es prioritario. 
Os preguntareis qué hago.
Pues poca cosa; lo que nunca había podido hacer, lo que me da la gana sin depender del organigrama de la Escuela ni de las obligaciones de la inspección, ni de los cambios de la nueva ley educativa. Es el estado ideal al que debería llegar todo profesor.
Cuando preparo los viajes busco sobre todo los monumentos y las obras de arte que quiero ver. Preparo los viajes con la minuciosidad que preparaba los viajes de estudio, para aprovechar el tiempo y ver muchas cosas. Esto es una deformación profesional que aun arrastro pero seguro que la superaré.
Lo que de verdad me gusta es la cocina. Recopilo recetas familiares, preparo recetas nuevas y sigo con la costumbre de hacerlas hasta que me salen bien. Mi hija aún recuerda cuando hace años comimos tiramisu todos los fines de semana hasta que salió como quería. Ahora solo lo hago cuando nos apetece.
Veo programas de TV de cocina, sobre todo cocineros ingleses o del ámbito anglosajón. No serán los mejores cocineros del mundo, pero hacen recetas fáciles y que todos los humanos podemos hacer y usan utensilios de cocina de los que hay en todas las casas. Utilizo nuevos productos y me compro utensilios pejigueros. Hace unos días un amigo me preguntó cómo me las arreglaba para quitar el plumón que a veces queda en el pollo, si lo que yo tengo es una placa de inducción. Toda orgullosa, le mostré el soplete que tengo. Lo dejé cao. Nunca me imaginé que un soplete me serviría para quedar bien, nunca lo he usado para este fin. Bueno lo cierto es que lo he usado poco, pero queda muy bien en la estantería.
A la pregunta de esta entrada, contesto que me he dedicado a la cocina. Siempre me había gustado. Desde niña había participado en la elaboración de los platos de fiesta. Pero lo cierto es que siempre tenía que ir a toda prisa y la cocina se colocaba entre las cosas importantes que había que hacer. Ahora lo hago con tiempo, con mucho gusto y le doy la importancia que quiero.
Cuando me canse haré otra cosa. A lo mejor me da por los libros de autoayuda, o me dedico a la política. Necesito creerme necesaria, perder el pudor para exponerme en público y exponer mis ideas como si fueran geniales. Esto es lo que hacen los políticos. Porque estar más capacitada que la mayoría de nuestros políticos, esto ya sé que lo estoy. No es que sea una soberbia. Os lo puedo demostrar.


Comentarios

  1. María, no sé si me habrá leído en otra entrada de su blog, en el apartado de 2013/Octubre/Te has enterado, la Bauzá se jubila, y a estas horas estoy leyendo entradas. Me gusta muchísimo poder leerla, y espero poder seguir haciéndolo. Un abrazo, María.

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