El latín.

Si supiéramos más latín, entenderíamos mejor las cosas...

La palabra “maestro” deriva del término latino “magister” y éste, a su vez, del adjetivo “magis” que significa “más o más que”.
El magister lo podríamos definir como el que destaca o está por encima del resto por sus conocimientos y habilidades.
Por ejemplo, Magister equitum (jefe de caballería en la Antigua Roma) o Magister militum (jefe militar).
De la misma familia tenemos magistrado, magistratura, magistral (obsérvese que los oficios "nobles" de la misma raíz, prefieren la forma latina).
La palabra “ministro” deriva de “minister” (sirviente) y éste, a su vez, del adjetivo “minus” que significa “menos” o “menos que”.
El minister era el sirviente o el subordinado que apenas tenía habilidades o conocimientos."
EL LATIN NOS EXPLICA POR QUÉ CUALQUIER
"TONTOLCULO  DEL HABA"
PUEDE SER MINISTRO PERO NO MAESTRO.

He recibido este correo que he copiado tal cual. Para empezar decir que  no he comprobado si es correcta la argumentación, pero me sirve para plantear algunas cosas sobre cómo me ha servido el latín.

En primer lugar, dejemos de tener miedo a las clases magistrales. No son un coñazo, sino aquellas en las que el maestro expone lo que más sabe. Por lo tanto, es la mejor clase y la más preparada. Una clase debe transmitir conocimientos útiles para el alumno. En los últimos años se habla mucho de la motivación; algunos entienden que es hacer cosas divertidas aunque poco o nada tienen que ver con la materia que se imparte. Esto no es mas que falta de profesionalidad y de preparación por parte del profesor que con cuatro chorradas pasa la clase. Motivar es crear interés por lo que el maestro expone en su clase.

En segundo lugar, quiero  aclarar que los enseñantes en la antigua Roma eran esclavos. Los que enseñaban a leer y escribir a los niños de los patricios eran esclavos preparados para este menester. Algunos ejercían como copistas de los discursos de sus amos en el Senado (los políticos siempre han necesitado que otros más preparados hagan su trabajo), otros copiaban los libros de los escritores, y muchos enseñaban a los niños y jóvenes en sus hogares. Así que lo de “el conocimiento te hace libre”  debe de ser un dicho nuevo, aunque es cierto que a algunos esclavos pedagogos o escritores se les recompensaba con la libertad y eran libertos (que es menos que ciudadanos libres).

En tercer lugar, quiero deciros que el latín que aprendí en mi Bachillerato de 6 años, me ha sido útil en muchas de mis clases. Explico que el “SPA” no es un lugar inventado hace dos días para pijos, sino que los romanos decían “Salus Per Aquam”. Casi todos los balnearios de Hispania y de las otras provincias  ya fueron utilizados por los romanos. Explico las termas  a partir  del SPA; vamos al Coliseo donde oímos gritar: “Ave, Caesar, morituri te salutant” (Salve, César, los que van a morir te saludan); nos damos un paseo por el Foro para despedir a un amigo patricio y llevamos nuestras esculturas de nuestros antepasados y deseamos al muerto “Sit tibi terra levis ( que te sea leve); nos detenemos en el arco de Tito y conocemos el poder del Senado; recordamos cómo Brutus  (que era el bueno, era republicano) se levanto contra Julio Cesar (que era el malo, quería una monarquía), ganaron los seguidores del último; el mes de Julio esta dedicado a Julio Cesar y el de Agosto a Augusto, primer  emperador.  Pasamos por las calzadas romanas para llegar a las provincias y ver las grandes obras de ingeniería y nos paramos a contar los miliarios (postes para medir la longitud de las calzadas) que nos faltan para llegar a Cesaraugusta cuando estamos en Cuarte (cuatro miliarios).

El latín me ha servido para más cosas en las clases. Cuando debía rectificar y cambiar de opinión decía: como proponía Seneca a Nerón ante los cristianos vencidos en el Coliseo “tu eres el único que puede  ser magnánimo y perdonarlos¨,  yo haré lo mismo. Y cuando ya no podía mas ante el alumno que me machacaba la clase le digo lo que dijo Cicerón: “Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?” (¿Hasta cuando, Catilina,  abusaras de nuestra paciencia?), respiraba 4 segundos y decía  en versión libre “¿Hasta cuando nos vas a tocar los cataplines, fulanito?”. El fulanito me miraba como si hubiera visto un marciano, los demás se callaban ante semejante latinazo y yo podía continuar la clase como si nada.


Francamente saber latín y cultura clásica me ha servido en mis clases, para motivar, para poner orden y para desahogarme. Realmente, el latín es útil!.

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