En toda mi vida me acostaré con una gorda


"En toda mi vida me acostaré con una gorda".

Estoy segura que al leer esta frase os ha parecido machista, intolerable, discriminatoria, insultante y muchas cosas más.
Empiezo con la frase para que os pongáis en alerta, para que cuando haya explicado la situación  en la que se dijo, alguien se ponga de mi parte.
Hace unos días iba por una calle céntrica y concurrida de mi ciudad y pasé por delante de un mendigo que pedía en la calle. Al mismo tiempo pasamos una chica rellenita y yo (que estoy de buen ver). El mendigo nos pidió dinero,  ninguna de las dos le dimos y al momento soltó esta frase:
"En toda mi vida me acostaré con una gorda"
Nos miramos las dos, nos callamos y seguimos andando.
Al momento pensé: "No te acostaras con una gorda ni con una delgada; hace falta tener mucho cuajo para acostarse contigo"
No dije nada, no era cuestión de montarla en plena calle. Pero lo pensé y me regocije en mi pensamiento porque sabía que tenía razón.
Ahora que habéis conocido la situación, alguien me llamara prepotente, insolidaria, soberbia y otras lindezas por no ponerme en el sitio del otro y no ver que un sin techo ya tiene bastante con su situación. 
Tal vez tengan razón pero yo estoy cabreada.
Vivimos en una sociedad cada vez más laica, pero también más llena de meapilas. Lo que no es políticamente correcto no debe ni estar en nuestros pensamientos. Pero quiero plantear que lo que es machismo siempre será machismo y violencia de genero (desprecio al género femenino), venga de quien venga el insulto.
Algunos podéis decir que con su situación tiene derecho a soñar. Estoy de acuerdo, pero se debe soñar con  una casa, con un sueldo fruto de un trabajo, con  una vida digna. Creo que soñar elegir ente gordas y flacas para echar un polvo una ofensa a todas las mujeres. Vais a decirme que cada uno sueña en lo que quiere. 
Mentira. 
Hasta los sueños están dirigidos por la política.
Ahora miles de jubilados sueñan con una plaza del Imserso ¡A ver si esto no es un sueño condicionado por la política!
Nuestra sociedad ha cambiado mucho; incluso ha cambiado la actitud de los mendigos. Antes te llamaban bonita (tampoco importa exagerar), te pedían para sus hijos (aunque no supieran si tenían hijos), llevaban unos carteles con la foto de un montón de niños (nunca de la mujer, todos eran viudos) llevaban el cartel con la frase "Robar es una vergüenza. Pedir, no" y hasta la maldición del gitano era " Tengas pleitos aunque los ganes".
En lugar de cambiar la actitud  de los mendigos,  debería haber desparecido la mendicidad, esto si habría sido un buen cambio. Conseguirlo  corresponde a nuestros políticos y a la forma de administrar nuestros impuestos.
En un taller de estos que organizan nuestros ayuntamientos modernos para solucionar problemas deberían enseñar a las personas que piden  en la calle que pedir insultando no es la mejor forma para que te compadezcan y abran el monedero. La persona que te da dinero debe sentirse incomoda por estar mejor que tú y sentirse lo suficientemente incomoda para sacar unos céntimos que acallen su mala conciencia. 
¿Veis? Para todo hay técnicas.
Personalmente no soy partidaria de dar dinero por las calles. Creo que es más efectivo y más digno colaborar con instituciones como Caritas o el Refugio, con comedores sociales y otras organizaciones que contribuyan a solucionar  algunos problemas respetando la dignidad de las personas.
En estos momentos más de uno ya estará de parte del mendigo. Pensará que debo asumir mi sobrepeso, que debo coma menos si no quiero que me insulten y que él es un pobre hombre y yo una soberbia aburguesada; incluso alguien ya me debe estar llamándome fascista (insulto hoy muy en boga). 
Estoy cabreada. Humillar a las mujeres no es tolerable. Y si hubiera sido un hombre gordo el que hubiera pasado nunca le  hubiera hecho este comentario, ni ningún otro similar.
No contesté, pero aquí va mi maldición: deseo que  este hombre tenga una larga vida y que tenga la desgracia de no poderse acostar con una gorda.

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