Espalda Sana




Hoy he realizado un acto que hace unos años me hubiera negado en redondo. ! He ido a una clase en un gimnasio !,  con muchas señoras y algún hombre.
Mi relación con el gimnasio empezó mal hace 25 años.  Me apunte a un gimnasio y  cual fue mi sorpresa cuando al llegar a la sala de máquinas ( fitness le llaman ahora) me encontré con  que el monitor era un alumno del nocturno del Instituto  Corona de Aragón.
 La verdad es que el chico se lo paso bien, me hizo pasar por todas las máquinas de tortura, iban  a una velocidad que mi cuerpo no se imaginaba que existiera, solo había visto esta velocidad en la lavadora cuando centrifugaba. Él disfrutó aquella tarde y yo durante muchas tardes más , pero en el aula del nocturno del instituto. Al final fuimos buenos amigos ( buena relación alumno - profesora) .
 No volví al gimnasio hasta hace un par de años para rehabilitar mi rodilla.
Hoy ,como jubilada, me he incorporado a una clase de ¨Espalda Sana¨ en el gimnasio que estoy apuntada. Me hablaban en un idioma extraño: separar las escápulas , hombros lejos de las orejas, ombligo hacia dentro, inspirar y expirar según el movimiento, rodillas en mesa, rotar a la izquierda y a la derecha, piernas en mariposa ( esto hace daño). dejar reposar las vértebras una a una ( esto es imposible o todas o ninguna). Lo peor es que te dan cuatro o cinco órdenes a la vez  y la verdad o inspiro o levanto la pierna, o meto el ombligo hacia dentro, todo a la vez no puedo.
Estaba con los ojos cerrados , creo que por el efecto avestruz ( si no veo nada,  no me ven). Sentía un frío intenso que me recorría el cuerpo , pensaba que por efecto de la situación que helaba la sangre, sobre todo cuando la monitora decía: estar cómodos y relajados y yo cada vez más tensa , con carne de gallina en los brazos  y más helada.
Al final he abierto los ojos y he visto unas cosas que me han reconfortado: en la pared un trampantojo vegetal ( una casa en Pompeya); el techo retranqueado simulando el modelo japonés ( la casa de la Cascada de Wrigt) Esto me ha gustado, lo reconocía , además he mirado al techo en un lateral  y había unas ranuras,  como las de los techos  de la Escuela de Arte ,  por donde salía  un aire frío, frío. La verdad es que todo esto, junto a 20 individuos que me ignoraban,  me ha hecho estar  como en casa ( Escuela de Arte).

Comentarios

  1. ¡Cómo me he reído con esta entrada! Tu tranquila, aguanta, que seguro que mejora.

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